*Veracruz disminuyó 11.7% el número de habitantes en pobreza extrema.
*Acciones focalizadas amplían los beneficios de programas federales.
A lo largo de cuatro años de gobierno han sido beneficiadas 923 mil 600 personas mediante una estrategia dirigida a quienes más lo necesitan, logrando reducir en 11.7 por ciento la pobreza extrema de Veracruz, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).
La política de bienestar sustituyó la ineficiente aplicación de programas que solo servían de clientelismo electoral; la Cuarta Transformación generó un padrón único tras diagnósticos reales, como lo avala el Informe de Pobreza 2020 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
El mismo documento señala quiénes fueron los que más daño causaron a la entidad: “de 2008 a 2018, la pobreza incrementó 10.6 puntos porcentuales al pasar de 51.2 a 61.8, lo cual se traduce en cerca de un millón 209 mil 600 personas en una década.
Entre los nuevos esquemas destacan Mujeres Emprendedoras, Módulos hacia la Autosuficiencia Alimentaria y Comunitarios de Agua Purificada, huertos y juegos infantiles, además de los apoyos emergentes por COVID-19 a taxistas y trabajadores del sector turístico y cultural.
Pero no se trata sólo de brindar recurso sino de integrar al beneficiario a la vida económica y por ello los programas mencionados son un timbre de orgullo. “Son realmente productivos, generan sostenibilidad alimentaria, autoempleo e ingresos”, afirmó el titular de la SEDESOL, Guillermo Fernández Sánchez.
El otro rubro es la obra pública a través de viviendas de interés social, viviendas completas por autoconstrucción y para deudos de policías caídos en cumplimiento del deber, muros de contención, pisos, techos, muros, cuartos, estufas ecológicas, sanitarios con biodigestor y electrificación.
Mención destacada merece esto último porque se ha llevado electrificación a zonas muy apartadas; gracias al convenio bipartita con la Comisión Federal de Electricidad y el Estado, comunidades como El Misionero (Minatitlán), fundada hace más de 40 años, ya cuenta con el servicio.
La única manera de llegar es por lancha y las 20 familias que ahí habitan no podían sufragar el costo de tendido de cable para 38 postes. “La prioridad son los pueblos originarios, donde el testimonio habla de que nunca había existido un apoyo de este tipo. Ahora hasta los contratistas manifiestan que los accesos son difíciles”.
Otra dependencia que mucho abonó a la reducción de la carencia por servicios básicos en los hogares es la Comisión del Agua del Estado que benefició a casi 57 mil personas de los municipios más pobres, al instalar sistemas de captación de agua de lluvia y de saneamiento a base de biodigestores.
“Por primera vez bajamos el 4.3 por ciento, lo cual significa que 344 mil veracruzanos hoy tienen otras condiciones, algo no visto en muchos años. Habían invertido en obras magnas y necesarias pero no impactaban en los índices de rezago”, refirió el director de la CAEV, Jorge Ladrón de Guevara Benítez.
Hay que considerar además que 8 de cada 10 familias veracruzanas reciben el respaldo económico de los programas federales, cuya derrama supera los 60 mil millones de pesos al año.
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