Desde el inicio de mi Gobierno, he instruido para que no se permita ni se tolere la corrupción, mucho menos la comisión de cualquier otro delito. Reiteradamente y de manera pública he llamado a mis colaboradores a apegarse a los principios que rigen este movimiento: honestidad, no traicionar al pueblo y dirigirse con la verdad.
Estamos conscientes que recibimos un legado de estructuras administradas por décadas de un régimen de corrupción e hicimos el compromiso de acabar con él.
Sin embargo, estas acciones de combate a la corrupción necesariamente tenían que venir de arriba hacia abajo. Y así lo hemos venido haciendo.
En el particular de la Secretaría de Seguridad Pública, en distintas ocasiones personalmente convoqué a todos sus elementos, e instruyendo al mismo momento a sus mandos, a apegarse a los protocolos de actuación; a no permitir la corrupción ni la violación a los derechos humanos, ni ninguna otra acción que contravenga los principios con que se rige la Secretaría.
Por ello desde un principio se implementaron cursos y actualizaciones a los procedimientos a fin de apegarse a estas directrices.
Insisto, fueron públicos los llamados y la advertencia de que no se iba tolerar ni solapar a nadie en la comisión de faltas o delitos.
Es por ello que he instruido al Secretario de Seguridad Pública a:
Suspender a los tres elementos de seguridad involucrados en los hechos suscitados en Puebla, donde se les involucra con otros de aquel estado en robo a transporte, por el tiempo que dure la investigación.
Se colabore con la Fiscalía que lleva el caso en aquel estado sobre cualquier petición que realice para esclarecer lo sucedido.
Iniciar una investigación interna y un procedimiento administrativo de sanción contra el elemento Alan “N”, por faltar a los principios que rigen a la Secretaría de Seguridad Pública, no acatar los reiterados llamados a un comportamiento honesto y de apego a protocolos.
Además de lo anterior, instruí para que se colabore en todo lo requerido por la Fiscalía General del Estado a fin de esclarecer y dar con los responsables del hecho que se le atribuye en presunción de la comisión de un delito grave contra otro elemento de Seguridad Pública.
Lo reitero, por unos cuantos elementos que desatienden las instrucciones, no vamos a arrastrar a toda una corporación que pretendemos limpiar, y vamos a continuar insistiendo: la corrupción se combate de arriba hacia abajo y llegaremos al fondo, que no quepa duda.
Hemos retribuido a la buena actuación policial con incrementos salariales históricos y mejores condiciones de trabajo. Hemos buscado alternativas para garantizar el acceso a vivienda y hemos emprendido el rescate de la dignidad policial.
No me he corrompido, no me he enriquecido como lo hicieran mis antecesores, no me presto a “cochupos” o “moches” y no tenemos pactos con la delincuencia.
Por lo tanto, tengo la autoridad moral para convocar a todo mi Gabinete y funcionarios de este Gobierno a conducirse y seguir conduciéndose bajo los principios de la Cuarta Transformación: no robar, no mentir y no traicionar al pueblo.
Quien no lo entienda así, más temprano que nunca pagará las consecuencias de sus actos. En este Gobierno no se solapará a nadie.
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