El Ballet Nacional de España ofreció la primera de cuatro presentaciones en el recinto, ante más de 600 personas.
Entre castañuelas, coloridos vestidos y flamenco, inició el cierre de la gira del Ballet Nacional de España en el Palacio de Bellas Artes, donde se presentarán este sábado y domingo, para culminar el recorrido por varias ciudades del país, a donde regresaron tras 18 años de ausencia, con el espectáculo Invocación.
El show arrancó, con lleno total, en punto de las 20:00 horas, con el número Invocación bolera y Jauleña. Destacó la participación en solitario del bailarín principal Miguel Ángel Corbacho, cuyo acto le valió una ovación del público.
Enseguida, las luces se tornaron claras y los bailarines aparecieron con atuendos de color azul celeste, para continuar con Eterna Iberia. Todo el elenco apareció con castañuelas que sonaban al ritmo de sus pasos, y sus vestuarios se tornaron de tonalidades rojas y naranjas brillantes.
Con los bailes Burlesca, Farruca, Danza festiva, El amor doliente de ronda y Danza con brío, concluyó la primera parte del programa.
Este montaje, que fue dirigido por Rubén Olmo, especialmente para ser visto por el público internacional, y una dedicatoria a México, cuenta con la participación de 40 bailarines, y nueve músicos que interpretan los temas de flamenco completamente en vivo, así como la actuación de Patricia Guerrero como bailarina invitada.
La segunda mitad se compuso por el número De lo flamenco. Homenaje a Mario Maya, un tributo al bailarín y coreógrafo fallecido en 2008, fundador de la Compañía Andaluza de Danza.
Aquí se retomó la suite estrenada en 1994, compuesta por siete cuadros de flamenco puro, incluyendo dos solos a cargo de Inmaculada Salomón y Miguel Ángel Corbacho.
Para esta parte, el escenario se llenó de color y ritmo, nuevamente las castañuelas fueron las principales acompañantes de los bailarines. Al finalizar, el director recibió una ovación de pie, y se despidieron con la danza titulada Undibel.
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